Cuando era adolescente, le arrojé un martillo a mi hermana, y por poco no le acerté en la cabeza. Ahora, todos estos años después, no puedo recordar por qué estábamos peleando. Lo que sí sé es que cuando era más joven tenía heridas terribles. Estas heridas, como la sensación de ser ignorado, empujado, no escuchado, no me importa, etc., hicieron que a veces estallara.
La bondad amorosa es increíblemente importante en nuestras relaciones. Significa que tenemos un interés activo en los demás, somos amigables y de corazón abierto. Tenemos buena voluntad y queremos lo mejor para nuestra pareja y los demás.
¿Qué nos impide ser amables?
En última instancia, son nuestras heridas las que nos impiden ser amables porque pueden manifestarse como sentimientos y percepciones que desencadenan comportamientos destructivos. En mi caso, me sentí furioso y herido. Perdí el control y le arrojé un objeto a mi hermana que podría haberla herido de gravedad.
Si lee sobre el jinete de Gottman, aprenderá que los cuatro predictores conductuales del divorcio son:
- desprecio
- táctica de cerrojo
- crítica
- actitud defensiva
Esos comportamientos destruyen nuestras relaciones. Son lo opuesto a la bondad amorosa. Cuando tratamos mal a los demás, es como si les estuviéramos lanzando martillos. Los estamos lastimando. Estamos destruyendo nuestra conexión con ellos. No estamos creando amor, sino división.
Nuestro comportamiento
¿Cómo se ve el mal comportamiento relacional?
- Vengarse
- La necesidad de tener razón
- Comportamiento castigador
- Falta de autocontrol
- Incapacidad para perdonar
- Usando nuestra ira como excusa para actuar
A menudo miramos a nuestra pareja y pensamos que todo es culpa de ellos. Todo lo que está mal, lo que no funciona es por ellos. Yo hice eso, tú lo hiciste. Todos hemos hecho eso. ¿Por qué? Porque es fácil experimentar nuestra frustración. Es fácil ver qué está haciendo «mal» la otra persona. Es fácil ver un mal comportamiento.
También es fácil excusar nuestro propio comportamiento. Nos decimos a nosotros mismos, actué de esa manera porque tú hiciste eso. Pero excusar nuestro mal comportamiento no ayuda a nuestras relaciones. Nos mantiene atrapados en un ciclo que no funciona.
En lugar de excusar nuestro mal comportamiento, tenemos que apropiarnos de él, detenerlo y entender de dónde viene.
Nuevamente, concéntrate no en el mal comportamiento de tu pareja, sino en tu propio comportamiento que no expresa bondad amorosa.
Mirarte a ti mismo
¿Quieres ser esa persona? ¿Estás orgulloso de cómo te estás comportando? ¿O tu herida es tan grande que no te importa? ¿Quieres causar daño? A veces nos apegamos a la idea de que nuestro poder proviene de lastimar a otros. Que tenemos derecho a hacerlo. Que nuestro enojo es lo que nos protege.
Imagínese una pareja en la que un miembro se burla del otro o intenta lastimarlo a propósito. ¿Qué herida podría causar esto? La herida puede ser la sensación de ser una víctima. La sensación de que la vida o una persona te han defraudado. Esa percepción puede hacer que alguien ponga excusas por su comportamiento destructivo. También puede hacer que perciban eventos actuales desde una lente vieja que ya no es válida.
Recientemente alguien me dijo: “Hizo eso para lastimarme. El lo hizo apropósito.» Excepto que eso no era cierto. Era simplemente una percepción que provenía de una vieja herida y estaba contaminando la relación actual.
Sentimientos
Cuando nos comportamos mal, ¿qué sentimientos es más probable que experimentemos?
- Enojo
- Lástima
- Odio
- Frustración
- Desesperación
El antídoto
como cambiamos esto? Hay muchas formas y caminos para convertirse en mejores socios. Éstos incluyen:
- Practica la bondad amorosa
- Estar dispuesto a mirarse profundamente a uno mismo
- Asumir la responsabilidad por el comportamiento de uno
- Aumentar la autoconciencia (esto se puede lograr con una práctica espiritual, terapia, WeConcile, entre otras formas).
- Recibir terapia
La bondad amorosa en una relación a menudo no ocurre por casualidad. Es una cualidad que desarrollamos a medida que desentrañamos nuestras historias, nuestras heridas, miramos nuestros comportamientos, cambiamos nuestras percepciones y nuestros sentimientos. La bondad amorosa es una meta, algo por lo que trabajamos porque queremos vivir con amor en nuestros corazones y armonía en nuestras relaciones.